martes, 25 de junio de 2013
Libros sembrados
Me gusta soñar que el mundo puede volverse una infinita biblioteca.
Me gusta jugar a "perder" libros y a preguntarme vanamente si algún día encontraré uno...
Y qué bello sería que, tras haber perdido alguno tan querido, volviera con el tiempo a algún asiento de plaza o del colectivo o en el subte, ahora más cansado, lastimado, sucio y marcado, dándome a ver cuánto más ha vivido en manos ajenas...
Quizás pueda hacerse del mundo una infinita biblioteca, en cada banco de plaza, en cada asiento de tren, o bus.
Una biblioteca sin libreros, sin compradores ni vendedores, una biblioteca sin catálogos ni bibliotecarios y sólo donadores mágicos que regalan sin saber a quién ni cuándo...
Una biblioteca insospechada donde ya no buscas los libros, sino que los libros te encuentran a ti...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario