Ralph Emerson escribió: "Es fácil vivir según las opiniones de la mayoría; es fácil vivir en soledad haciéndose cargo de uno mismo; pero el gran hombre es aquel que en medio de la multitud mantiene con perfecta dulzura la independencia de la soledad".
El tema es cómo hacerlo, Don Emerson. El mundo está lleno de gente lista para aconsejarnos, dirigirnos, persuadirnos, implorarnos, analizarnos, juzgarnos y, en fin, confundirnos.
Nos gritan: "¡Odiá eso" "¡Comprá esto!" "¡Cree en aquello!" "¡Honrá a aquel!" "¡Vestite de esta forma!" "¡Hace eso!" "¡Aprende aquello!" "¡Ignora esto!".
Con todo ese ruido, ¿cómo vamos a ser capaces, cada uno de nosotros, de escuchar nuestras propias voces tranquilas, que hablan dulcemente sobre nuestras verdades individuales?
No puedo decir que sé la respuesta a esa pregunta, pero puedo afirmar que desarrolle algunas tácticas que me ayudan a ignorar el parloteo del mundo exterior y he aprendido a vivir con mi verdad con compromiso y convicción.
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